17 mayo, 2011

siebte



En la playa y bajo la luna
Sus orondos muslos brillaban con la arena.
y su casi ropa ya no obligaba a desvestirla.
Aceptó pasear conmigo, solo después de prometerle
Que nadie se enteraría.
Se tomó, y solo después de mucho convencerla
Un trago de tequila.
Pero había de todo menos tequila en ese trago.
Un grupo de pescadores cruzaron con nuestro camino
y yo les ofrecí a la joven
a cambio de un cigarrillo.
Esa mañana despertó tan lejos de su casa,
Tan lejos de su casi ropa,
Pegajosa, muy pegajosa y mallugada
En una muy transitada playa
Tendida sobre la arena